Tal vez te pueda resultar una falacia el título de este artículo, pero señala una gran verdad: el logo de tu negocio no debería comunicar nada. Porque eso implicaría que todo lo que representa un negocio, desde su visión, filosofía y valores, hasta sus procesos y capital humano deberían verse reflejados en un sólo elemento gráfico. En otras palabras en lugar de ayudar a un negocio, estaríamos limitando y minimizando su importancia y valor.
Si quisiéramos intentarlo, probablemente terminaríamos con un logo saturado. Un compendio de imágenes y conceptos que queremos resaltar a toda costa logrando el efecto contrario. Es importante que cada elemento dentro de una estrategia de branding cumpla con su función, sin pedirle que solucione más de lo que debe o puede.
Si no debe comunicar, entonces cuál es la función de un logo
La respuesta es muy concreta: Identificar.
Un logo debe ser simple, porque permitirá que sea fácil de recordar y por ende se distinguirá del resto.
Un logo puede ser abstracto a tal punto que en sus primeras vistas no se comprenda el concepto que viene detrás. Finalmente no importa, porque la comunicación se logra a través de otras aplicaciones y canales.
Un logo debe proyectar la personalidad del negocio. Su forma, colores y estilo general no deben contrastar con el carácter, el carisma y la manera de interactuar de la marca con su público consumidor.
Rompiendo con el discurso que enseñan en las escuelas, un logo no tiene porque funcionar de manera invariable a una sola tinta, aunque debo señalar que sí es recomendable. Un logo sencillo que puede funcionar en un color plano (sin degradados) será más fácil de plasmar en cualquier aplicación, vehículo o uniforme cuando resulte necesario. No obstante si este es para identificar un blog, sitio web u otro medio digital, ¿porqué tendría que limitarse a esa norma?
Finalmente la forma de un logo puede ser muy variada, simple o compleja. Pero siempre parte de tres formas básicas que ayudarán a identificar el carácter de la marca: un círculo, un triángulo, o un cuadrado. El círculo se percibe amigable, da la bienvenida pero también puede resultar suave y pasivo. Un triángulo es agresivo y muy directo, pero puede ser estratégico y efectivo. Un cuadrado es la forma más neutral y equilibrada, no obstante es la que menos funciona porque no transmite un estilo específico.
Sagi Haviv, socio de la agencia Chermayeff & Geismar & Haviv, es un reconocido diseñador defensor del logo como elemento identificador de una marca, no de comunicación
En conclusión
Es importante que cuando inicies tu negocio, aunque no seas tú quien vaya a realizar la imagen de la marca, seas consciente de algo. Tu logo no debe comunicar los aspectos específicos de tus productos y servicios. Tampoco los valores o filosofía. Pero sí deben identificarla y separarla de la competencia, a través de algunas de las normas básicas planteadas aquí.